Argentina, las series Maddison, y Milei

Sientifiko
6 min readDec 11, 2023

Recientemente Milei se lanzó una interesante tesis sobre la posición de Argentina a fines del sXIX, señalando que era la economía más rica del mundo, lo cual por lo demás atribuye al modelo agrario exportador de ese entonces. Más allá de si la afirmación es correcta, la fuente que dice usar se basa en las famosas “series de Maddison”, que otros “economistas” de este tipo la han usado en sus reflexiones, por ejemplo Axel Kaiser.

Con estos ejemplos, no sería extraño generar cierto resquemor con respecto a estas cifras y esta serie, pero antes sería preciso advertir que Angus Maddison, el autor que dio origen al proyecto, era de hecho, más o menos marxistoide. Así que vamos por parte. Primero, hagamos el fact checking con la base actualizada al 2020 a con el PIB real per cápita a dólares PPA del 2011, como se aprecia en la siguiente figura.

Aunque en lo púramente factual, el enunciado es incorrecto -Argentina estaba lejos de ser la economía más rica del mundo-, lo cierto es que al menos estaba más cerca de 2 de las grandes potencias más desarrolladas de lo que está ahora, y hasta mediados de la primera década del sXX estaba incluso por encima de los países reconocidos por su Estado de Bienestar como Suencia o Noruega, este último hoy en día, con un PIBpc incluso por encima del de EEUU. Es decir, hay algo de cierto en que Argentina si parecía ser más rica entonces, en relación al resto del mundo. Otra forma de hacer este balance, es relativanzdo el crecimiento argentino con respecto a Noruega (dividir por el PIB de Noruega), y comparar tal relativización, con algunas de las economías más “exitosas” de la región, lo cual mostramos en la siguiente figura.

Es claro como hacia fines del sXIX no solo Argentina, sino tabién Chile y Uruguay lograron sobrepasar a Noruega, pero solo Argentina logra sostener tal posición con relativa consistencia por casi medio siglo. Si consideramos que todo este periodo está atravesado en la región por el modelo primario-exportador, la tesis que asocia tal modelo a la competitividad global no sería tan descabellada, y de hecho es una tesis bastante discutida en la historia económica latinoamericana. Aunque claro, la excesiva sensibilidad de este modelo a los shocks externos, mandaron al carajo a tales economías cuando se cortó el comercio transatlántico producto de la primera guerra.

Ok, hasta aquí tenemos el matiz, pero ¿Podemos confiar en estas cifras? Partamos por señalar que ni siquiera había PIBs oficiales antes de los ’60, mucho menos en el sXIX. Está bien, pero hay que entender que el PIB no es algo “real”, no es una propiedad del universo, sino un concepto basado en nociones elaboradas por Keynes y refinadas por Simon Kutznet (por lo demás, dadas en un contexto presionado por las necesidades de guerra, y las formas en que se puede administrar la producción y economía nacional ante un escenario de tal escala).

Si han tomado algún curso introductorio a macro, probablemente recordarán que este obedece a la identidad Y = I + C + G + (X-M), esto es, en una economía abierta, el PIB (Y), es igual al consumo del sector privado (I), al consumo de los hogares (C), al consumo del gobierno (G), y a las exportaciones netas (exportaciones X, menos importaciones M), y que refleja (del lado izquierdo de la identidad) la producción total de bienes finales de una economía (durante un año, trimestre, u otro dependiendo la granularidad de tiempo que se tenga). Para su cálculo, se usan datos de los sistemas de Cuentas Nacionales (que fue el gran aporte de Kutznet), los cuales son básicamente, servicios estadísticos que llevan o consolidan los registros de todo lo posible de registrar respecto de la actividad económica del país, como los datos recogidos por fuentes fiscales, tributarias, monetarias, o las recuperadas por instituciones estadísticas oficiales.

En américa latina, producto de la influenca Cepaliana, múltiples países como Chile, México, Argentina, o Brasil, comenzaron prontamente a generar sus propias estadísticas oficiales de este tipo, teniendo desde los ‘60, cifras bastante confiables (dependiendo el país), sobre el PIB, infación, población, entre otros.

Pero ¿Qué pasa antes? Pasaba que el concepto no había sido desarrollado, no obstante, si que existían estadísticas. Por ejemplo, un tema central durante el ciclo primario exportador latinoamericano durante las primeras décadas posterior a la independencia, fue cómo financiar al Estado. Ello requirió por un lado, consolidar un sistema aduanero, pero igual de importante, llevar el registro de los flujos de entradas y salidas, aunque sea para fines puramente administrativos, registros que muchas veces fueron debidamente archivados. Por otro lado, la misma administración del Estado y el fisco, para saber el costo administrativo, necesitó saber el tamaño de la burocracia, cuanto gastaba, cuanto ahorraba, o para efectos fiscales, saber cuanto se recaudaba por concepto de impuestos.

Junto a esto, este último dato, nos lleva a la necesidad de información que genera el sector privado, por ejemplo cuanto produce, y en algunos casos a cuanto lo está vendiendo, quedando esto consigando ya sea en registros administrativos de precios o impuestos, o en libros contables de las mismas empresas, entregando los valores nominales de cada época. Es más, desde estas mismas fuentes, en algunos casos es posible reconstruir salarios, los que complementados con Censos de población, podrían dar una estimación bastante decente del ingresos de los hogares.

Es decir, con estos elementos, si vamos revisando nuestra identidad: Y=C+G+I+(X-M), vemos que con base a fuentes archivistas, tenemos todos los elementos para construir un PIB, o algo muy cercano a este. Por supuesto nunca es perfecto, los Censos, precios y salarios generalmente representan a las grandes ciudades, si es que no, solo a la ciudad capital (además de ser solo salarios masculinos), los registros del Estado no son siempre bien informados o lo suficientemente completos, existe la evasión, existe el contrabando, o, en el peor de los casos, los archivos simplemente se pierden, son destruidos, o inaccesibles.

Pero todas estas objeciones, tienen su respuesta: las ciudades capitales casi siempre representaban al grueso de la población de un país, los registros, aun sesgados, pueden representar tendencias, existe la capacidad de imputar datos con distintos supuestos, etc. Por ejemplo, hoy en día sería totalmente razonable computar la producción de droga en el PIB, y en varios países, esta capturaría un porcentaje no menor de la actividad económica, pero aún así no figura en los registros oficiales, producto de la ilegalidad. Es decir, aunque los sistemas de Cuentas Nacionales podrían considerarse hoy más robustos y confiables que los basados en estadísticas administrativas de siglos pasados, presentan limitaciones “artesanales” similares a las que se encuentran quienes construyen PIB históricos. Es más, no sería extraño que a medida que indaguemos más en como se construye realmente un PIB oficial hoy en día, nos encontremos con una cantidad enorme de “reglas de negocios” (por ejemplo, qué hacer con el stock que pasa de un año para otro, se cuenta ahora o después y a qué precios, qué año base se usa para los precios, si usar precios encadenados, etc).

De esta forma, lo que hace finalmente Angus Maddison en su proyecto seminal, es recopilar una serie de estimaciones de este tipo realizadas por múltiples investigadores a lo largo del mundo, y como mucho, las renormaliza para hacerlos comparables (lo cual ya es de por si una enorme trabajo y contribución). Esto no implica que sus series sean perfectas, y que deban verse como la medición real del PIB de un país en el siglo V o algo por el estilo, de partida, los países en que se proyectan esos PIB ni siquiera existían como tales. Pero al mismo tiempo, tampoco son una monstruosidad numérica sin validez o seriedad alguna, no. El proyecto Maddison no es más que un esfuerzo importante por entregar una métrica estimativa y útil para analizar la comparativamente la historia en el largo plazo, y que como tal, siempre puede ir siendo mejorado.

Para más info sobre el PIB y su historia, les recomiendo este excelente Podcast de Diane Coyle, @DianeCoyle1859 en tuiter.

El script para replicar las gráficas de arriba, lo dejo acá:

https://gist.github.com/sientifiko/aef10e94b3dfc24f51a3dfe306c54b63

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Ingeniero Dialéctico. Puede seguirme en @sientifiko1 por tuiter, o @sientifiko.memero en facebook